La guía de aprendizaje de piano para principiantes
Capítulo 8
Cómo leer las notas, el tiempo y la dinámica
La guía de aprendizaje de piano para principiantesEn las partituras se indica qué hay que tocar (notas), cuándo hay que tocar (tiempo) y cómo hay que tocar (dinámica). En este capítulo cubriremos estas tres áreas, partiendo de los fundamentos de lectura musical introducidos en el capítulo 5. En ese mismo capítulo, también encontrarás una introducción a la notación musical y cuáles son las ventajas de saber leer partituras.
Debes tener en cuenta que este capítulo se solapará en gran medida con las clases o cursos que estés tomando y en ningún momento debe reemplazar el aprendizaje que estés adquiriendo con un profesor, con videotutoriales con una aplicación. En cambio, esperamos que te sirva de introducción y de apoyo para memorizar nociones mientras las aprendes de forma correcta.
Las notas (qué tocar)
Sostenidos y bemoles
Hasta ahora, y por simplificar, sólo hemos hablado de las teclas blancas. En las teclas negras se encuentran los bemoles y los sostenidos, y utilizan la misma notación que las teclas blancas (de do a si). Simplemente se les añade el símbolo de la alteración que representan. En este capítulo, nos referiremos a las teclas blancas, las que no son ni bemoles ni sostenidos, como becuadros.
- Un bemol (♭) es la tecla negra que precede a la tecla blanca natural del mismo nombre.
- Un sostenido (♯) es la tecla negra que sucede a la tecla blanca natural del mismo nombre.
- Un becuadro (♮) es la tecla blanca natural.
Ej. re♮ (re becuadro) es simplemente re
Armaduras de tonalidad
Empezando en do y tocando sólo las teclas blancas, estás limitado a la tonalidad de do mayor. Ésta es sólo una de las innumerables tonalidades o claves que existen, una que no utiliza teclas negras. Al tocar en fa mayor, por ejemplo, cada si baja a si♭, mientras que la clave de re mayor eleva el fa a fa♯ y el do a do♯. Otras claves utilizan más teclas negras y, en la de si mayor, se utilizan todas las cinco.
A menos que quieras profundizar en la teoría musical, no te preocupes ahora por aprender qué tonalidad utiliza cada bemol y cada sostenido. Esto se indicará siempre en las partituras. Para ahorrar espacio, las notas que son sistemáticamente bemoles o sostenidos se marcan con ♭ o ♯ después del símbolo de la clave al principio de cada pentagrama.
Alteraciones y becuadros
La mayor parte de la música no se ciñe por completo a la armadura, sino que incluye bemoles o sostenidos adicionales. A estos se les conoce como alteraciones. Si se marca una alteración, ésta surte efecto hasta la siguiente línea divisoria que marca el final del compás (más detalles sobre esto en la sección sobre los tiempos). Un si♭ marcado al principio de un compás, alterará todos los “sies” siguientes de ese compás a si♭. El siguiente compás volverá a lo que esté marcado en la armadura al principio del pentagrama.
El símbolo de becuadro (♮) indica al intérprete que debe tocar la tecla blanca de dicha nota ignorando los sostenidos o bemoles que puedan estar contenidos en la armadura, o si se han marcado en el compás. Este símbolo solo tiene efecto dentro del compás donde esté marcado.
La clave de fa
Hasta ahora, nos hemos concentrado en el pentagrama superior del sistema de dos, el que está en clave de sol. Este pentagrama contiene las notas que están a la derecha del do central y suele ser tocado con la mano derecha. En cambio, el pentagrama inferior está en clave de fa, contiene las notas a la izquierda del do central y se suele tocar con la mano izquierda.
Al igual que con la clave de sol, no es necesario contar desde el do central para identificar las notas. Puedes utilizar reglas mnemotécnicas. Utiliza cualquiera de las que te mostramos (por rebuscadas que parezcan) o inventa las tuyas propias.
- Los cuatro espacios del pentagrama en clave de fa contienen las notas la, do, mi y sol. La doncella mira el sol.
- Las cinco líneas del pentagrama en clave de fa contienen las notas sol, si, re, fa y la. Soledad siempre regala faldas largas.
- Date cuenta de que los dos puntos del símbolo de la clave de fa rodean la línea de dicha nota.
El tiempo (cuándo tocar)
Las partituras se dividen en compases separados por líneas verticales llamadas barras de compás o líneas divisorias. Dentro de cada compás, las figuras musicales se encargan de indicar la duración de cada nota. La redonda es la más larga, con una duración determinada que depende de la velocidad de la pieza. Las demás figuras musicales consisten en subdivisiones de esta figura redonda. Las blancas tienen la mitad de esta duración, las negras un cuarto, las corcheas un octavo... y así sucesivamente. Las emplearemos más adelante, cuando empieces a contar el tiempo.
Nótese que las corcheas se diferencian de las negras en que tienen un corchete, lo que reduce la duración de una negra a la mitad. Las semicorcheas tienen un corchete doble, lo que hace que duren la mitad de las corcheas. Para evitar confusión y que el pentagrama quede más ordenado, aquellas corcheas o semicorcheas que se tocan de manera consecutiva quedan agrupadas conectando sus corchetes mediante barras.
Los silencios
Aquellos descansos entre las notas en los que no se toca nada se conocen como silencios. Esto no tiene nada que ver con mantener una nota, por lo que una serie de blancas sonará diferente a una serie de negras separadas por silencios de negra. Al igual que sus equivalentes en las notas, los silencios de blanca, de negra y de corchea tienen su propio símbolo. Para marcar silencios aún más cortos, añadimos corchetes. Cada figura de silencio tiene el mismo número de corchetes que la figura de la nota sonora (el de corchea tiene uno, el de semicorchea dos, el de fusa tres, etc.).
Los patrones rítmicos (la métrica en la música)
Éstos nos indican cada cuántos tiempos o pulsos se divide cada compás. El patrón más común es el de 4/4, que tiene cuatro tiempos por compás. Si te gustan las matemáticas, puede resultarte útil verlo como una fracción. La cifra superior nos dice cuántos tiempos hay en un compás (en este caso, cuatro). La cifra de abajo nos dice qué valor tiene cada tiempo (en este caso un cuarto). Por la misma lógica, el patrón de 3/4 tiene tres cuartos de tiempo en cada compás, mientras que el de 6/8 tiene seis octavos de tiempo en cada uno.
Esto es más fácil de entender si escuchas, aprendes y tocas piezas de piano de diferentes compases. El lago de los cisnes (4/4) y Para Elisa (3/4) son un buen punto de partida (ambas disponibles en la sección para principiantes de flowkey).
Figuras con puntillo y ligadura
Las duraciones de las notas no siempre vienen en múltiplos de dos, por lo que es necesario representar todo lo que está en medio. Para ello, añadimos un punto a la figura, indicando que la nota dura lo que dura la figura que la representa más la mitad de la misma. Así, una redonda con puntillo dura seis tiempos y, una blanca con puntillo, tres tiempos. También podemos ligar dos notas para indicar que deben sostenerse durante la duración de ambas juntas, lo que se utiliza sobre todo cuando la nota extendida se extiende al siguiente compás.
Cómo contar el tiempo
Saber cuándo hay que pulsar cada tecla implica saber llevar cuenta del tiempo. Si alguna vez has oído a los músicos gritar números antes de que empiece una canción, podrás hacerte una idea. Contar en voz alta para ti mismo está bien al principio, pero con el tiempo desarrollarás la habilidad de contar en tu cabeza. A la larga, esto será algo natural que te permitirá leer música a primera vista y mantenerte en el compás sin requerir un esfuerzo de concentración.
Fíjate en el patrón rítmico para saber cuántos pulsos hay y cuánto dura cada uno. En el de 4/4 serán cuatro, así que cuenta "uno, dos, tres, cuatro". Puedes dividir estas cuentas por la mitad añadiendo "y" entre ellas, para hacer "uno y dos y tres y cuatro y". Esto nos permitirá contar compases con subdivisiones más cortas, con puntillo o con notas ligadas.
El tempo
Para contar de forma correcta, deberás conocer la velocidad a la que se supone que la pieza debe ser tocada, conocida como tempo. Tradicionalmente, el tempo se ha venido indicando utilizando términos italianos como lento, moderato ("moderado") o allegro ("rápido, con energía"). En las piezas modernas, a menudo se marca en pulsaciones por minuto (bpm), refiriéndose al número de negras que caben en un minuto, por ejemplo ♩= 120 bpm.
Existe una larga lista de términos italianos, junto con sus respectivos rangos de bpm, que puede encontrarse fácilmente en Internet.
La interpretación del tempo y del ritmo
No pienses en las marcas de tempo de forma demasiado estricta. Representan un rango, no una cifra exacta. Parte del placer de tocar un instrumento solista como es el piano es que puedes acelerar o ralentizar el tempo para darle más expresividad a la pieza. El término italiano para este tipo de interpretación libre es tempo rubato o "tiempo robado". Sin embargo, debes tener en cuenta que esto no es común en todos los estilos musicales. Por lo tanto, utilízalo con precaución y sólo después de que puedas tocar el ritmo correctamente en un tempo estable.
La dinámica (cómo tocar)
En los capítulos anteriores, hemos mencionado el rango dinámico en repetidas ocasiones. Al igual que todos los demás aspectos, la dinámica o intensidad pretendida también se representa en la música escrita. De nuevo, no hay que ser demasiado estricto con ella. No existe un volumen "correcto" al que hay que atenerse, lo que te deja margen para expresarte y hacer que la música sea tuya.
El volumen se indica con letras que representan términos italianos. Piano (p) significa “bajo” o “suave”, mientras forte (f) significa “fuerte”. Mezzo (m), que significa “medio”, se puede añadir a piano o forte para atenuarlos. Para indicar una intensidad aún mayor o menor, basta con repetir la letra en cuestión. De esta forma, pianissimo (muy suave) es pp, mientras que fortissimo (muy fuerte) es ff, y fff es "vecinos quejándose".
Un acento (>) acompañando a una nota indica que hay que tocarla con mayor énfasis. El aumento gradual del volumen, o crescendo, se marca con un símbolo como el de un signo “<” estirado, mientras que lo contrario (disminución de volumen, o decrescendo) se marca con un signo > estirado.
Mejorar la lectura a primera vista
Cuando empiezas a aprender a leer de niño, tienes que concentrarte en el significado de cada palabra y luego ponerla en el contexto de una frase. Al final, entiendes cada frase sin pensar. Con la música ocurre lo mismo: solo hay que practicar.
Encuentra una canción que se adapte a tu nivel de habilidad y practica tocándola solamente mirando la partitura. Aunque al principio te parezca confuso, con todas esas marcas negras y símbolos en una página, resuelve sistemáticamente lo que significan y tócalas. Después, pasa a otra pieza. Verás que te acostumbras a tomar atajos mentales, que dejas de necesitar resolverlos y que empiezas a "leer a primera vista".
Sigue así y al final dejarás de ver una página con marcas y símbolos negros. Oirás los acordes, las melodías, las armonías y sabrás lo que tienes que tocar sin ni siquiera pensarlo.